Brunilde murió en 1994 a la edad de 31 años, de una hemorragia a razón del parto de su séptimo hijo, en una pequeña choza de barro en el retirado valle donde vivimos, a dos horas de camino de la carretera mas cercana. Murió mientras la cargaban en una ensangrentada hamaca a través de los senderos montañosos y ríos pedregosos en un vano esfuerzo para alcanzar a la carretera y de allí a un hospital en la ciudad para salvar su vida. El bebe recién nacido también murió un poco mas tarde.
En ese tiempo, ya habíamos empezado a ayudar a nuestros vecinos en el valle con planificación familiar, y estábamos tramitando una esterilización quirúrgica a través de nuestras incipientes conexiones en el sistema de salud pública. No obstante, después de dos años en lista de espera para operar, ella salió embarazada nuevamente. Este embarazo no deseado (que pasa a menudo) terminó costándole la vida a Brunilde.
El impacto de la muerte prematura de Brunilde nos impulsó a registrar la Fundacion Turimiquire en 1996 como organización 501(c)3 sin fines de lucro en los Estados Unidos, y la Fundacion ServYr en Venezuela. Entendimos que hacía falta buscar una base de apoyo mas amplia para ofrecer servicios críticos de planificación familiar a la población rural marginalizada.
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La respuesta de todos Ustedes que apoyan nuestro trabajo ha sido maravillosa - nuestra creciente base de donantes, voluntarios, trabajadores y proveedores de salud tanto privados como públicos, oficiales de gobierno, organizaciones de planificación familiar - gracias por hacer posible todo esto! Y a todos aquellos que requieren nuestros servicios - ¡estamos aquí para Ustedes!
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Hemos ayudado a más de 32.000 mujeres a planificar sus familias. Más de 47.000 adolescentes y estudiantes se han beneficiado por nuestros talleres de salud reproductiva, y por las orientaciones y suministro de anti-conceptivos que ofrecemos. Nuestros servicios responden a las necesidades de la comunidad, y simplemente no podemos satisfacer la demanda.
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La historia de Brunilde refleja las duras condiciones de vida de tantas mujeres y familias en el mundo menos desarrollado. La planificación familiar mundialmente contribuiría a evitar las casi 300.000 muertes maternas (sin mencionar las relacionadas muertes infantiles) y millones de complicaciones maternas que suceden anualmente (UNFPA). ¡Hay tanto que hacer para que este servicio esencial de salud pública sea disponible a las mujeres y niños marginados de Venezuela y el resto del mundo!
Ahora la EDUCACIÓN está salvando la familia de Brunilde.
Nuestra historia continua:
Una vez que las mujeres y sus familias logran controlar su fertilidad, buscan el mejor futuro posible para sus hijos por medio de la educación.
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La hija mayor de Brunilde, Marcurys (en el centro, cruzando el río), tenía 16 años en el momento de la muerte de su mamá. Tuvo que abandonar sus estudios y sus sueños para trabajar y cuidar a sus cinco hermanos menores y ser madre y padre a la vez. Estos niños crecieron en circunstancias muy duras.
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Ahora, en la próxima generación, la hija de Marcurys, Nairobys (en el centro, con franela rosada) es una de los mejores estudiantes de cuarto año en nuestro programa de becarios de liceo. Ella y sus compañeros de estudios están cargando una mesa al colegio rural donde estudian, a dos horas de camino de la carretera. Nuestra coordinadora, Marcela (camisa blanca), los acompaña.
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Nairobys está creciendo en este mismo mundo rural, pero ahora ella, su madre y las otras mujeres de la comunidad tienen acceso a nuestros servicios de planificación familiar y salud reproductiva. Nairobys no debería sufrir la necesidad de renunciar a su educación como tuvo que hacer su mamá cuando un embarazo no deseado y un parto riesgoso era una dura realidad de la vida. ¡Ella y sus compañeros están rumbo a la Universidad con nuestro apoyo! Sus futuros lucen más brillante.
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Nuestra Receta para una Comunidad Próspera:
Planificación Familiar + Educación son ¡ los dos pilares indispensables !
Te invitamos a apoyarnos ofreciendo estos beneficios a más y más familias.
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